Queremos ser felices y vivir bien. Creo que todos queremos eso, o por lo menos la inmensa mayoría ¿Qué puede ser más importante?

Es muy importante:
Saber a qué exactamente nos referimos con ser felices.
Conocer qué implica para nosotros y nuestro mundo.
Bien vale preguntarse:
¿Qué significa para mí ser feliz? ¿Vivir bien?

Hay muchas formas de explorar estas preguntas. Abordarlas desde distintos ángulos es un buen ejercicio. Son muchas las dimensiones personales y sociales que se juegan en nuestra capacidad de ser felices y vivir bien. Explorarlas bien lo vale, porque abre posibilidades nuevas y hasta impensadas en nuestro mundo cotidiano, que es altamente complejo.

Podemos sustentar la indagación en una dimensión o dos, siempre que exploremos cómo se relacionan con otras que a primera vista pueden parecer irrelevantes a la cuestión. Es decir, podemos elegir poner foco en lograr una buena familia y un buen pasar económico, y estar atentos a reconocer la diversidad de cuestiones que se juegan para que sea una realidad en el día a día en un horizonte de largo plazo, que siempre incluye los plazos más cortos.

“Todo tiene que ver con todo, de alguna particular manera” es un principio del pensamiento sistémico. Como personas somos sistemas, vivimos en un mundo de sistemas: son muchos los sistemas que interactúan en nosotros como personas, como individuos. Pertenecemos a una trama que se renueva constantemente, en nosotros, a través de nosotros, con nosotros y con muchos más.

¡La vida es una trama increíblemente compleja! Reconocer esa complejidad tan grande, que excede nuestra capacidad de comprensión, es un acto de humildad y de autoempoderamiento. Es un acto de toma de conciencia que ofrece una ampliación de consciencia, como claves para rediseñar nuestro mundo y enriquecer nuestras vivencias intrapersonales, interpersonales y sociales en el gran concierto cósmico que late en conjunto.

Hay muchas herramientas simples y útiles ¡Fáciles de usar!
Aquí comparto una de las que usé para explorar matices del ser feliz y vivir bien, y avanzar en mi camino de transformación. Cuando quieras y puedas, tomate una tarde libre para la experiencia, siguiendo los pasos que describo a continuación, y si preferís hacerlo en buena compañía, estará muy bien siempre que se cuiden todas las instancias del proceso, especialmente el silencio que lo nutre.

Antes de empezar, hay que prepararse:
Decidí tomar un momento para vos, con vos, para sintonizar con tus aspiraciones profundas, con tu corazón.
Elegí instalarte en una habitación limpia, ordenada y tranquila, en la que puedas dedicarte al ejercicio sin interrupciones.
Vas a necesitar un cuaderno u hojas en blanco, lapicera y marcadores o resaltadores de tres colores diferentes.
Preparáte para mantener una buena postura: la columna erguida, el pecho abierto y una actitud relajada, ya sea que te sientes en una silla frente a una mesa o en el piso.
Respirá a consciencia, sintiendo como el aire se mueve dentro y fuera de tu cuerpo.
Agradecé haberte tomado la decisión de darte un tiempo para sintonizar con tus aspiraciones profundas, con tu genuino ser-estar en el mundo.

Paso 1:
Hacé una lista con todo lo que sentís que es importante para ser feliz y vivir bien.
Aseguráte de poner la fecha, el lugar y la circunstancia:
¿Por qué decidiste hacer la lista? ¿Alguien te lo propuso?
¿Es un acto solitario, íntimo en el que expresás tus necesidades y aspiraciones?
¿Estás compartiendo este pequeño emprendimiento con otra persona?
Si estás compartiendo la experiencia, abstenete de compartir tu lista en este momento.

Paso 2:
Tomá una pausa por un tiempo indeterminado. Puede ser 10 minutos, media hora o una hora. Durante el tiempo que está bien para vos, a condición de estar integrada al proceso, sirviendo a tu propósito. Es una pausa en silencio, que incluye una o más de las siguientes opciones:
Preparáte un té, un mate, un jugo, lo que prefieras. Tomalo a consciencia, sintiendo los matices de sabor y cómo te renueva, nutre y refresca.
Mirá el cielo abierto frente a tu ventana, dejá que tu mirada se adentre al espacio abierto, dejá que la inmensidad se instale en vos, mantenete en silencio, sentí, atestiguá.
Si preferís caminar, hacelo también en silencio, sintiendo las plantas de tus pies y tu cuerpo en movimiento, invítate a caminar cada vez más liviano, como si acariciaras el suelo. Mirá el cielo, sentí el aire, los sonidos, observá detalles, evitá las vidrietas y todo tipo de invitación a comprar algo.

Si estás compartiendo la experiencia, es posible que notes que el silencio compartido en torno a un propósito tan íntimamente importante puede volverse muy tangible y hermoso.

Paso 3:
Volvé a tu lista, teniendo resaltadores o lápices de color a mano.
Recorré la lista y establecé tus prioridades de manera creciente, empezando por ela más importante.
Identificá lo que se corresponde con el tener, con el ser o con el hacer, resaltando o marcando con un color diferente cada una de esas tres categorías.
Fijate cuál es el color que predomina en tu lista.
Podrías contar los ítems de la lista y cuántos hay de cada categoría.
¡Lograste mapear tus necesidades actuales y las aspiraciones de tu corazón!

Paso 4:
La lista habla tanto de tus tendencias personales de interpretación del mundo, como de tus circunstancias particulares en el momento de hacerla. Te provee un espejo de quién sos en el mundo en tu propia lectura, en tu aquí y ahora. Evitá juzgarte.
La lista es tu mapa de necesidades y aspiraciones, que incluso pueden estar en contraposición. Revisá si hay contradicciones y si ves que las hay, tomá nota de los posibles motivos.
Puede que te guste lo que mapeaste o puede que te no te guste en absoluto. Es información que podrías usar para tomar decisiones en los distintos ámbitos de tu vida y gestionar cambios.
Si querés, compartí las claves que te brinda este mapa con alguien de tu confianza o con tu terapeuta personal.

Paso 5 y más:
En cualquier caso, guardá este mapa como si fuera un diario personal, es información personal íntima. Si te animaste a confeccionarla, lo más probable es que también explores maneras de aprovechar la experiencia. Vas a seguir cuestionando y vas a descubrir que algunas necesidades no son genuinamente tuyas: son dictadas por tu entorno. Vas a tener más presente los anhelos de tu corazón, que se convertirán en tus necesidades genuinas. Irás encontrando maneras de atenderlas  y ¡vas a ser más feliz!
Agradecé haberte regalado la oportunidad de sintonizar con los anhelos de tu corazón, y mejorar tu particular aporte al gran concierto de unidad-diversidad que somos.

Con este ejercicio estás nutriendo tu consciencia cíclica, tu ser partícipe de una gran trama que se renueva constantemente en muchos niveles de realidad en millones de ciclos, coevolucionado juntos. Lo que sucede, lo que no sucede y lo que deja de suceder en esa trama, también lo hace en tu mundo particular. Somos sistemas abiertos, entramados y aprendientes. Somos protagonistas de la historia que vivimos ¡Que nos sea amable! Aquí el acceso a uno de mis libros:  

Ejercicio de buena sintonía