Cuestionar es la clave para abrir posibilidades. Frente a las olas de cambio que transitamos es cada vez más importante, y sobre todo hacerlo interligando, porque las cuestiones no están separadas, aisladas. Sino todo lo contrario: interdependen. Es el caso de la sustentabilidad y la longevidad: dos cuestiones delicadas que están en juego, ligadas, en interdependencia.
La interdependencia hoy es elevadísima. Todo nos es muy íntimo, mucho más de lo que nos parece. Por eso es conveniente y necesario acceder a nuevas formas de sentir, pensar y hacer, y así trasformar el problema de la sustentabilidad en una longevidad positiva. Nuestras maneras de interactuar y gestionar el mundo pueden ser amables, para que sea posible hay que cuestionar creencias obsoletas y dar a lugar nuevas, más a la altura de nuestras circunstancias, dando lugar a un horizonte promisorio.
Identificar las interrelaciones significativas, crear espacios de articulación y conversación para liberar la creatividad en busca de hacer menos y vivir mejor para convivir amablemente es una mudanza en puerta, que sabremos transitar o no. Tal emprendimiento es una elección social, política, de consciencia. Requiere reflexión-acción, compromiso y autoecoaprendizaje multidimensional.
Este es el 4to video de una serie en homenaje a Quino elaborado en torno a un caso de innovación económico-financiera, social y cultural: El Grameen Bank. Entretejer Mafalda con un proceso de innovación resulta muy apropiado, porque para innovar hay que cuestionar: Mafalda lo cuestiona todo. El video refiere la metáfora del gusano que utilizó Yunus frente al problema de la hambruna en su país. El gusano, al encontrarse él frente a un obstáculo busca caminos alternativos y siguiendo esa pauta Yunus fue a dar con algo impensado, novedoso y superador.
En mi infancia Mafalda me hacía reír y pensar, preparándome para otras lecturas y reflexiones. Bajo la guía de mi padre, también leía revistas de análisis político y económico, por entonces muy difíciles para mí, pero me aventuraba en ellas apoyándome en los dibujos de los humoristas. Hubo uno que pregnó tanto en mi memoria que sigue allí como entonces:
Un monstruo con el nombre “INFLACIÓN” amenazando a Latinoamérica completa, desde el norte y desde el sur, y por cierto aportó una comprensión temprana del asunto, mucho antes de ingresar a la universidad. Lo más inquietante es el monstruo amenazante que vi en aquel dibujo, en mi infancia, sigue vivo y ahora parece haber desarrollado varias cabezas: el sistema socio-planetario opera en spinnig out, en desequilibrio creciente.
Millones de personas, en todo el mundo, son destinatarias de millonarios programas de ayuda al desarrollo. Sin embargo, la pobreza no cede y la fragilidad social aumenta. Las desigualdades de ingresos son abismales, el ecosistema planetario pierde capacidad de sustento, y las crisis económico-financieras proliferan.
Con cada crisis financiera, la brecha entre ricos y pobres crece. Los ricos se vuelven más ricos, y los demás, más pobres: las asimetrías retroalimentan las asimetrías. La capacidad de procesamiento de información útil de la que dispone una elite acaudalada refuerza la captura de caudal de riqueza por su parte, al tiempo que se degrada el tejido social y la biósfera.
Parecen esfumarse los sueños de un futuro deseable para los jóvenes y los no tan jóvenes: unos perciben que el horizonte que se abre ante ellos connota una desmejora con respecto a quienes les preceden, y los otros vislumbran un escenario sombrío para las últimas décadas de su arco vital.
En el corazón del problema está reunir lo que se ha separado en nuestra mirada y quehacer, y frente a sus múltiples facetas “el gusano” tendrá que convertirse en “mariposa”. Andar en el terreno ya no basta, puesto que el desafío está demasiado lejos y también demasiado cerca, invisible, arraigado tanto en los centros financieros como en nuestras mentes, y por ende en la cotidianeidad de personas e instituciones en la corriente principal, en todo el planeta.
Sin embargo, las innumerables innovaciones que venimos transitando desde hace milenios aparejaron lecciones, que están a disposición para apoyarnos en la aventura incierta de viabilizar escenarios más promisorios.
De su innovación económico-financiera-social Muhammad Yunus comparte: “Nosotros no sabíamos absolutamente nada acerca del manejo de un banco para los pobres. Debimos aprender todo”.
Esto tiene, por lo menos dos aristas:
- La primera es que siempre hay algo nuevo que puede surgir del lugar más impensado, es cuestión de disponerse a mirar diferente con un genuino interés.
- La segunda es recordar que conviene apelar a diferentes puntos de vista y experiencias para enriquecer la creatividad, ya que sin duda en tiempo de estrecheces e inestabilidades es una fuente genuina muy valiosa.
Seguramente, la corriente principal de las finanzas podrá tomar lecciones de esta nueva corriente que, en muchos casos, genera sistemas locales que tienden a ser autoecosustentables, y de ese modo nutrir una transformación evolutiva orientada a poner la economía y las finanzas al servicio de la vida: un desafío tanto vital como ético.
Una mutación puede ocurrir e impulsarse simultáneamente desde distintos niveles en el polinivélico sistema local-planetario. Ello puede verse facilitado con la exploración de los resquicios receptivos, ensayando múltiples articulaciones en ambientes propicios a la emergencia de lo que todavía no es, pero que convendría a todos en vistas al irrenunciable destino compartido que enfrenta la especie.
Adaptado del libro FUTURABLES sociedad creativa, economía amable – Capítulo 8