Navegamos desafíos sin precedentes, delicados, impresionantes, en medio de olas de cambio cada vez más rápidas. No es para preocuparse, sino para ocuparse muy seriamente de estimular el autoecoaprendizaje en vistas a dar lugar a los escenarios más promisorios.
¿Qué mejor que un estimulante CAFÉ-MATE para movernos en buena dirección?
Este método deriva fundamentalmente del Banathy Conversation model y otras herramientas sistémicas pensadas para propiciar conocimiento mutuo, nutrir convivialidad, crear propósitos compartidos, y sobre todo generar conocimiento nuevo, o sea: autoecoaprendizaje.
En un mundo de alta complejidad, que comporta alta interdependencia, lo mejor que puede suceder es que desarrollemos rápidamente nuestra consciencia de interdependencia sistémica. Vivimos en un mundo de sistemas. Cada individuo es un sistema, sea una persona, un ser viviente de cualquier especie, un colectivo social empresarial, gubernamental, o cualquier otro, todos interactuando entre sí en diversos ecosistemas.
Los ecosistemas se caracterizan por generar ambientes en donde millones de especies interactúan y conviven en una organización polinivélica. El concepto es relativamente nuevo, y se difundió enormemente a partir de la Cumbre de Río, en 1992, de modo que lo habitual es asociar la palabra ecosistema a los ecosistemas naturales: la red de vida que pulsa en áreas geográficas con determinadas características ambientales en los que se establecen diversidad de relaciones y regulaciones otorgando una cierta fisonomía al paisaje y una particular biodiversidad.
Cuando trasladamos el concepto a los ecosistemas sociales, la complejidad aumenta sensiblemente porque los ecosistemas sociales están unos en otros, recreándose mutuamente. Cada uno con sus particularidades, multiplicándose en el ecosistema social, interfertilizándose mutuamente como redes en redes, ecosistemas en ecosistemas, siempre abiertos, dinámicos y cambiantes, dando forma al mundo humano.
Comprenderlo -mínimamente- es clave para dar lugar a un sentipensar-hacer acorde: amable, inclusivo, colaborativo y así propiciar un escenario promisorio: una sociedad capaz de sustentar una buena larga vida, o sea una longevidad positiva.
La dificultad radica en que la mayoría sigue pensando y gestionando el mundo con una mirada fragmentada, lo cual frente a los actuales desafíos impone grandes obstáculos, costos y restricciones a la capacidad de bienvivir en abundancia.
La división política vigente es un ejemplo contundente, y si bien es cada vez más necesario y urgente, todavía no se ha desarrollado un nivel político mundial, planetario/extraplanetario.
Esto que parece ciencia ficción no lo es. Dar lugar a una instancia de política en ese nivel, amable y conveniente, requiere sobre todo de un cambio de consciencia.
Lo importante es que disponemos de los conocimientos necesarios y la capacidad de aprendizaje para propiciar modos de sentipensar-hacer superadores y amables. El Café-Mate es una herramienta que puede resultar muy útil en ese sentido.
CAFÉ-MATE ecosistema en movimiento:
Es un Café-Mate pensado para estimular, redificar y visibilizar ecosistemas sociales, con una alta participación desde diferentes roles en base a un ciclo anual con encuentros Café-Mate periódicos: mensuales o bimestrales.
Propone un flujo de participación que, en cada encuentro, se desplaza entre observar, comentar y presentar estimulado así la visibilidad de los actores del ecosistema, el conocimiento mutuo y la difusión del ecosistema en el ecosistema social.
Requiere un grupo impulsor, de tres a cinco actores, para organizar, difundir y anfitrionar atizando el fuego de cada encuentro, tal como hacemos con el café y con el mate en nuestra cotidianidad.
Prevé una rotación desde roles menos comprometidos a más comprometidos, y luego a “pausa” organizativa, siguiendo la metáfora de la bandada que avanza cambiando lugares, aunque esto puede tener variantes de acuerdo a las características del grupo impulsor.
Un esquema 2-3-1 sería ideal, sobre la base de ciclos anuales: 2 que comienzan seis meses antes de su ciclo de compromiso, 3 que ejercen las funciones de estímulo y apoyo a las actividades del Café-Mate sirviendo a la vitalidad del ecosistema, quedando 1 para apoyo al nodo entrante al concluir el ciclo anual. Esto a los fines de mantener la continuidad metabolizando aprendizajes relativos a la función impulsora que les compete.
En cada encuentro Café-Mate se mueve la espiral de autoecoprendizaje expandiendo las fronteras del conocimiento y la difusión del ecosistema en su conjunto y de los actores que participan activamente, impulsando el movimiento, dándose la participación en alguno de los siguientes roles:
Anfitrión/a:
Presenta cada parte del programa y a los presentadores, facilita la participación en ronda y los comentarios de los observadores y concluye su rol presentando al anfitrión del próximo Café-Mate, quien cierra el evento invitando al siguiente y opera como apoyo y reserva en el encuentro corriente.
Presentadores:
Comparten sus ideas, iniciativas o proyectos con respecto a la Longevidad. O sea, ya están activos en este ecosistema.
Comentadores:
Comparten sus reflexiones, preguntas y comentarios acerca de lo expuesto en las presentaciones. Aquí participan quienes ya están activos en este ecosistema y pueden actuar como presentadores en un siguiente evento Café-Mate y/o provienen de un público más amplio, a quien atrae la cuestión de la Longevidad.
Observadores:
Escuchan y se mantienen atentos a los aconteceres e interacciones durante el Café-Mate para compartir su opinión acerca del encuentro en una o dos frases. Provienen de un público más amplio, a quien atrae la cuestión de la longevidad.
En síntesis; el Café-Mate está pensado para redificar y vitalizar el ecosistema longevidad iberoamericano con un liderazgo potenciador, innovativo y transformador articulado en/con redes planetarias activas como podrían ser Ashoka, Aging 2.0 y Pass It On Network por mencionar algunas posibilidades afines a la cuestión.
¿Qué nos inspira, provoca y convoca?
La sabiduría es buena fuente, siempre, y en este caso podría serlo las siguientes palabras del sabio Hopi Dan Evehema en el poema “Somos los que hemos estado esperando”:
“¡Este podría ser un buen tiempo!
Hay un río que ahora fluye muy rápido…
Los ancianos dicen que debemos soltar la orilla.
Avanzar hacia el centro de ese río…”
En ese río una nueva longevidad, una longevidad positiva, promisoria emerge en todo el mundo, y habemos quienes soñamos con reunir las corrientes iberoamericanas para:
- Conocernos y apoyar-nos celebrando coincidencias y complicidades que nos entusiasman e inspiran.
- Nutrir y visibilizar iniciativas, emprendimiento y proyectos, en vistas a un horizonte promisorio inspirado en la metáfora del río.
- Reunirnos en una red placentera, en procesos de encuentro y colaboración, consolidando experiencias sustentadoras en todo el mundo.
¿Podrá ser?
Recordemos que la longevidad es un fenómeno inédito para la humanidad. La innovación cultural es la clave.
Para avanzar hacia lo desconocido, para innovar culturalmente es de gran valor enriquecer nuestra perspectiva con la perspectiva de otros, estimular nuestra creatividad y sobre todo hacer del encuentro una práctica con la cual desarrollar la empatía, la paciencia y la tolerancia, y así navegar en buena compañía anticipando lo promisorio, recreando el futuro en el presente.
“Somos los que hemos estado esperando”, no hay nadie más.
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