El reduccionismo aprendido impide el acceso directo al actual mensaje planetario de interconexión global, aceleración del tiempo y explosión de la información. La fragmentación del conocimiento enfrenta la educación a un supuesto callejón sin salida. Aumenta el acceso a la información, pero escasea la visión, lo que conlleva pérdida de sentido y una pobre comprensión.
En este video explico un poco más algunos conceptos clave que aparecen en este artículo: reducción, fragmentación, simple, complejo y complicado. Lo hago ofreciendo ejemplos para facilitar su comprensión y ver las diferencias que hay entre ellos, porque conocerlos suficientemente facilita comprender mejor el mundo en el que vivimos y sus desafíos. Entonces lo que sigue se hace más accesible, disfrutable y útil:
La educación en sus diferentes manifestaciones ha entrado en conflicto consigo misma al llegar al límite de una frontera peligrosa, un punto en donde el camino del conocimiento se aleja del camino de la vida. Hay urgencia por desplegar espacios de aprendizaje de alta complejidad, que promueven la formulación de nuevas preguntas y la co-creación de nuevas respuestas en el aula-sociedad. Se hace imprescindible el abordaje desde una perspectiva que contempla la incertidumbre, el caos y las cuestiones emergentes.
Docentes, estudiantes e instituciones están inmersos en insoslayables problemáticas locales, regionales y planetarias: la fragilidad social, el desarrollo sustentable, las innovaciones científico-tecnológicas y sus dimensiones ético-políticas, entre otras. Frente a realidades cuya complejidad aumenta, los saberes disciplinares especializados no bastan. En su libro “El conocimiento y el curriculum en la escuela” la epistemóloga argentina Josefa García de Ceretto dice:
“No podemos negar que nos encontramos, a diario, con problemas que son transversales, multidimensionales, que nuestra época es planetaria, que la educación en época de crisis nos exige la comprensión de la condición humana, que implica el entrelazamiento de los contenidos científicos y la cultura de las humanidades…de dos tipos de conocimiento, el teórico y el práctico”, y conformar una espiral de múltiples bucles de estudio-reflexión-conversación-acción en recursividad virtuosa.
La escuela, la universidad, como organización que se ocupa del saber y del saber hacer en, con y para la sociedad, se encuentra ante desafíos sin precedentes. Su papel es el de crear espacios de aprendizaje donde la autonomía y los puentes entre el conocimiento y la vida sean prioritarios en vistas a brindar sustento y felicidad. Se enfrenta a la tarea de una profunda reflexión para alcanzar una nueva comprensión del fenómeno educativo y la puesta en juego de una pedagogía compleja, capaz de dar lugar a modalidades de aprendizaje que pueden ser asumidas por el sujeto en cualquier etapa de su existencia.
Dicha pedagogía se funda en una reubicación de sus actores como protagonistas del proceso de aprendizaje. En ella, la intersubjetividad y la multireferencialidad reafirman la importancia de la alteridad, así como de los procesos autoecorganizadores resultantes de los diálogos, de las conversaciones, de la investigación-acción, y de las articulaciones que surjan en tales procesos. Al respecto, Josefa García de Ceretto dice: “Con Morin afirmamos que la razón se define por el tipo de diálogo que mantiene con el mundo exterior que le opone resistencia; porque también reconoce la irracionalidad y se comunica con ella, al mismo tiempo que es profundamente tolerante con los misterios. La racionalidad no radica en ordenar conceptos y creencias en rígidas estructuras formales, sino en posibilitar un espíritu abierto a situaciones nuevas, capaz de reconocer los defectos de sus procedimientos anteriores y de superarlos”.
Como aprendientes-enseñantes vitalicios, en cada rol que ejercemos, en cada ámbito de acción del aula-sociedad, nos constituimos en co-generadores-gestores de los conocimientos que configuran nuestro mundo. Más que nunca, es preciso cultivar conocimientos sensibles a las cuestiones humanas fundamentales. Hay una invitación a ocupar el lugar que nos corresponde en el centro de nuestro propio mundo; como un danzarín, que en cada movimiento expresa coreografías amables, enaltecedoras para sí y para muchos más.
Elaborado a partir de un fragmento del libro: FUTURABLES sociedad creativa, economía amable