La educación está en crisis, como lo está la economía, la política, la sociedad toda. Hay demasiada enajenación en las miradas, ausencia en los quehaceres, vivencias huecas, desencuentros, poca celebración del corazón. Las necesidades más acuciantes pasan por el sentido
Educar para la VIDA, en la VIDA, durante toda la VIDA
